El colorido de un atardecer depende de las condiciones de la atmósfera. La atmósfera es una gran masa de gas, compuesta por distintos elementos químicos, que se distribuyen de forma heterogénea a través de ella. La interacción de la luz del Sol con la masa de gas produce los colores en el cielo. Sabemos de la Física que la luz blanca está compuesta por varios colores, partiendo por el rojo y terminando en el violeta. La atmósfera se comportará como un prisma gigante, descomponiendo parte de la luz incidente en sus colores fundamentales. Importante saber que el rojo y naranjo son los colores que menos se desvían de la trayectoria original, mientras que el azul y violeta, por el contrario, son los colores que más se dispersan. La tonalidad dominante de color en el cielo dependerá del ángulo con que llegan los rayos del Sol a la Tierra. Así, durante el día vemos el cielo azulado, pero durante el amanecer y atardecer dominan los colores rojizos y anaranjados. Sin embargo, en el alba y ocaso, cuando el cielo se ilumina en forma indirecta, el color que se hace presente es el violeta.
Huallilemu Alto. El Quisco. Quinta Región 2011 |
Cuando estamos contemplando un atardecer, nuestro cerebro hace un "ajuste de blancos" para equilibrar los colores en el cielo iluminado y el paisaje en sombras. Esta es una de las razones del por qué en nuestras fotografías aparecen colores del atardecer que no estuvieron presentes para el ojo desnudo. Entonces, para lograr capturar el esquivo violeta al final del día, se debe esperar que el Sol se haya ocultado bajo el horizonte, y unos pocos minutos después, tendremos dominante de azules oscuros y violetas, que le imprimirán a la imagen una sensación de paz e intimidad.