La Montaña siempre ha tenido un simbolismo mágico. Ha sido sujeto de profunda admiración y respeto. En su compañía encontramos paz y recogimiento. Caminando sobre ella se recorre una senda espiritual que invita a la reflexión. Lentamente, con delicada paciencia, nos va dejando sabiduría, regresando después de cada excursión con una vida mejor. Esto es para mí la Montaña. Al menos lo que puedo poner en palabras.
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Cuesta Las Raíces. Malalcahuello. Novena Región 2011 |
La Montaña no es fácil de retratar, si entendemos que en un retrato lo que se quiere capturar es la esencia. Las condiciones climáticas pueden llegar a ser extremas, lo que requiere de una buena preparación. En fotografía de naturaleza siempre se prefieren las primeras y ultimas luces del día, en especial para la Montaña. La imagen la hice en la cuesta Las Raíces, tramo alternativo al túnel del mismo nombre, que une Malalcahuello con Lonquimay. Había pronóstico de lluvia intensa al final del día, así que esperé con paciencia las formas y colores del atardecer, siempre sabiendo que es en estas condiciones cuando se presentan oportunidades únicas para retratos de Montaña. Viendo cómo cambiaba el paisaje con el transcurrir de los minutos, me llamó la atención un manto de nubes oscuras que se asentaron en una cumbre que tenía al frente. Empujadas por un fuerte y gélido viento, descendían hacia el valle, pero en su lento recorrido se iban disipando, para ser luego regeneradas por nueva compañía. La luz era soberbia, bellísima, y cuando me di cuenta de la estabilidad cíclica de las nubes bajando por el borde de la Montaña, visualicé la fotografía. Encuadré haciendo uso de la diagonal que partía con siluetas de Araucarias y terminaba perdida entre la oscuridad de la cumbre. Para suavizar los detalles caóticos de las nubes, opté por una exposición muy larga de 25 segundos, lograda con un filtro de densidad neutra de 8 pasos y un filtro polarizador. Cuando la exposición es tan prolongada se debe tener meticuloso cuidado en evitar cualquier vibración en la cámara. Por ejemplo, se debe identificar la dirección y sentido del viento y hacer uno mismo de escudo protector. Al final, la imagen resultó bien, y desvanecidos los ultimos rayos de luz, cayó lentamente la noche, que fue mi alegre compañía de vuelta al calor de la cabaña.