La Ciencia Cognitiva en Fotografía de Naturaleza

Perfeccionar la técnica fotográfica requiere años de estudio y práctica. Cuando estamos listos para el siguiente paso hacia la disciplina artística, no es una nueva cámara o un nuevo lente lo que nos ayudará a mejorar en el oficio, sino ser unas mejores personas, pues en cada retrato de naturaleza está el reflejo de nuestra esencia. Una forma de crecer como individuos es a través del conocimiento. Es justamente aquí donde la Ciencia Cognitiva, dedicada a estudiar los procesos mentales, nos puede dar importantes y sorprendentes respuestas. En esta entrada comentaré dos puntos tremendamente relevantes.

Primero. La Ciencia Cognitiva ha demostrado que a la edad de 6 años hemos aprendido cerca del 80% de todo lo que aprenderemos en la vida. Saber que todo el conocimiento específico, desde aprender a escribir hasta estudiar en la Universidad, quedará en nosotros solo como el 20% de lo que aprendió nuestro cerebro, nos da luces sobre las claves para hacer mejores fotografías de naturaleza. En efecto, aprender a caminar y hablar son procesos altamente complejos, que requieren varios años de entrenamiento para nuestro cerebro. Es tan grande la complejidad, que haber aprendido a caminar y hablar utilizó cerca del 80% de la capacidad de almacenamiento de nuestro cerebro de por vida. Entonces, debemos saber que el sistema motriz consume muchos recursos mentales, desde mantener el equilibrio hasta distribuir las fuerzas en las extremidades, con toda la coordinación respectiva. Esto explica por qué es tan importante detenernos, ojalá sentarnos, para contemplar y descubrir los detalles del paisaje. Solo así podremos canalizar el proceso cognitivo a través de los cinco sentidos en su máximo potencial.

Y segundo. La Ciencia Cognitiva ha demostrado que solo somos conscientes de 2.000 bits de información de los 400 mil millones de bits de información que procesamos por segundo. Nuestro cerebro procesa la información que capturamos desde los cinco sentidos, pero descarta gran parte de ella, interpretando la realidad ante nuestros ojos con una ínfima fracción de todo lo que estamos sintiendo. Esto es tremendo, pues valida poner mucha atención a lo que nos dice la intuición. Quizás no nos damos cuenta de manera consciente, porque la información fue descartada por nuestro cerebro, pero estuvo en nosotros a través de los sentidos, diciéndonos algo en la forma de mensaje oculto. Por eso, siempre se debe confiar en la intuición, especialmente cuando nos sugiera no seguir las reglas.


Cascada Río Blanco. Reserva Nacional Llanquihue. Décima Región 2010

Como ejemplo, en la imagen se muestra el retrato de una cascada de agua, donde la atención se pone en los detalles, siguiendo una composición que hace caso omiso a las recomendaciones bien establecidas. Encontrar la imagen me tomó largos minutos, pues el primer impulso es una foto de la caída de agua completa. Sin la carga de la mochila en mi espalda, y contemplando sereno el paisaje, fui capaz de descubrir una imagen distinta. En conclusión, entender los procesos cognitivos es una valiosa herramienta para hacer mejores fotografías de naturaleza.