Nuestro sistema visual es el resultado de miles de años de evolución. Llevamos sobre nosotros las conclusiones que ha perfeccionado el cerebro a partir de infinitas experiencias sensoriales. Por tanto, no tenemos acceso a "ver" la realidad literal, sino solamente una interpretación de ella. Un buen ejemplo son las diferencias en los colores que es común encontrar en nuestras fotografías de naturaleza, quedando en evidencia cuando recordamos lo que vimos al natural y lo que resultó en la imagen. Así, dando rienda suelta a la creatividad, podemos lograr resultados magníficos a partir, justamente, de las diferencias. Ayudados por las nuevas técnicas digitales seremos capaces de descubrir los colores ocultos.
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Reserva Nacional Río Los Cipreses. Sexta Región 2010 |
La fotografía fue capturada en la Reserva Nacional Río Los Cipreses, ubicada en la precordillera de Rancagua. Un pequeño estero corría esquivando piedras y vegetación. El primer impulso llamaba a una típica foto de agua expuesta con varios segundos, para lograr el hermoso efecto seda. Pero después de un poco de búsqueda, intenté algo diferente. Ahí, frente a mis ojos, el rojo era muy suave, pero perceptible, en un grupo de rocas. Acercándome logré aislar elementos simples y componer con color. A partir del negativo digital, nombre común utilizado para referirse al archivo RAW, que significa en bruto o sin procesar, generé tres imágenes distintas: una subexpuesta, otra sobreexpuesta, y la ultima con la exposición correcta. Combinando las tres imágenes mediante un software que permite ampliar el rango dinámico de la fotografía, logré recuperar los colores ocultos. El resultado no es lo que vieron mis ojos al desnudo en la Naturaleza, sino lo que visualizó el ojo de mi mente, una realidad distinta que ahora forma parte de mis mejores experiencias.