El oficio de la fotografía de naturaleza se puede resumir en la frase: "los novatos se preocupan por el equipo, los avanzados por la técnica, y los maestros por la luz". Entender e interpretar la luz en el paisaje es el ejercicio de toda una vida. La cámara fotográfica y nuestro sistema visual ven el mundo natural de formas muy distintas. Es por esto que la visualización previa de la imagen es clave para lograr impacto emocional. Traspasar la visión del ojo de nuestra mente al lenguaje digital de la cámara requiere de un proceso de traducción y abstracción. Desde un punto de vista cognitivo es equivalente a aprender un nuevo idioma. Cerremos la idea de la importancia de entender la luz recordando que "foto" significa luz y "grafía" dibujo, es decir, una fotografía es un dibujo de luz.
Punta de Tralca. Quinta Región 2010 |
A modo de ejemplo, en la imagen se muestra una composición simplificada al máximo de un atardecer. La foto la hice en Punta de Tralca, un hermoso balneario ubicado en el litoral central de la quinta región. El cielo estaba prácticamente despejado, así que en el ocaso el Sol se convirtió en una gigante esfera amarilla. En un primer intento de composición incorporé al Mar en el cuadro, pero el color resultante en la masa acuosa tenía tonos oscuros, resultado del equilibrio que intentaba la cámara por la dominante amarilla del Sol. La luz en mi retina a través de mis ojos, y la luz en el sensor digital a través del lente de la cámara, representaban dos imágenes distintas. Claro está, eran dos idiomas distintos. Entonces, esperé que el Sol bajara hasta casi tocar el Mar. Con el teleobjetivo encuadré dejando la esfera dorada como único elemento de composición. El angosto campo visual de la longitud focal larga llenó de rojo intenso el cielo alrededor. Nuevamente, la intensidad del rojo color no era tan viva en la escena al natural, pero ya sabemos, eran dos idiomas distintos.